Al igual que el tren que te acerca de Madrid a Leganés te enseña la trastienda de fábricas y ciudades, ese camino que solo toma la vía del ferrocarril; la estancia en el psiquiátrico se convierte en una mirada a la sociedad desde bastidores. La locura tiene una fuerza primitiva de revelación: revelación de que lo onírico es real, de que la tenue superficie de la ilusión no tiene límites. Toda la realidad es reabsorbida por la imagen fantástica.

Este documental se ha rodado a lo largo de un año retratando los acontecimientos puntuales de cada estación, los ciclos de los enfermos más jóvenes, la mejoría o rehabilitación de los más sanos y la irreversibilidad de los más viejos.